04 enero 2008

2 DE ENERO


Fue un friolento día para nacer azorada


para venir a este tierra

de ídolos pétreos

divinidades épicas

y adorar sus contradictorias

miserias humanas


Justo cuando la espesa neblina

se derramaba desde las entrañas

blancas del Ajusco

lloraba contrita

mi primer anhelo


Y ya de pie

(avanzando sobre el férreo mundo)

vine a encontrarte aquí

hermana:

hecha fetal abrazo en tus piernas

con un lamento compartido



Somos las caminantes


las vagabundas impúdicas

con un seno azotado por los vientos

tras nuestros inconfesables deseos


las niñas multiplicadas por los valles

que con inocentes cantos párvulos

recogen los frutos caídos de los árboles


las mujeres hechas clara sal

avanzando de día

en nuestros destellos

hasta encontrar el refugio

donde reposar la negrura


las viejas de cálidas arrugas

hurgando en las enmohecidas mortajas

del pasado

por encontrar un botón antiguo

para un vestido nuevo



Somos las que abordamos

la tierra por la sangre


somos la sangre en las ardientes palmas


Nos sumergimos enverdecidas de esperanza

en las aguas negras de los disturbios


en ellas nacemos airosas

con un ermitaño soplo contraído

entre los labios


Habrán de devolvernos

al menos una pausada caricia de abeto


una lámpara

una escalera

un mapa

una aguja

un dromedario

un pajar

el otro seno


y esas incontenibles cosquillas

que transformaban toda faz

en un disimulado beso

2 comentarios:

Astrapé Núctes dijo...

"las vagabundas impúdicas

con un seno azotado por los vientos

tras nuestros inconfesables deseos"

Impresionante imagen y completo el poema me ha dejado una sensación agradable de una caminata. Saludos!!

Astrapé Núctes dijo...

ja, ja, sale no cometería tal confusión ;) Y adelante, soy todo ojos con la petición, salud!