A surcar azul su negrura indómita
y malherida
Si vienes
me encontrarás cual soy:
una desnuda mujer que camina
arrastrando su sábana por la habitación
porque sólo puede dormir al amanecer
con las extremidades volátiles y fraguadas
con la sonrisa hecha una burla
para este mundo de cerrojos
con las pupilas escudriñando
cada rincón ameno
con la conciencia plena
de cada poste de luz
cada semáforo solitario
cada vehículo perdido
en la inmensa lejanía
de esta urbe moribunda
No vengas
pues mis labios te ansían tremebundos
mis párpados añoran tus besos
mis piernas tiritan mensajes eléctricos
y mi sexo es un imán que me despoja
Si llegas
caeremos azorados en el vórtice
nos devoraremos hasta la médula
seremos un único líquido
febril y luminoso
una sola gota
disolviéndose
en la alfombra
No
que ya no habrá
quien arrastre
esta fecunda
y ardorosa
tela
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