Así
tan vulnerable!
fue como sucedió:
Sonreí
(aunque pareciese que
me deshacía en lamentos,
pero no)
Y mis dedos se clavaron en el dorso de tus manos
Me ahogué bajo el peso de tu amurallado cuerpo
Morí mil veces en mil callados gritos
Y eras tu y era yo el aire que respirábamos
Salí expulsada de mi caparazón de caracola
y todo lo habité por un segundo
Y desde arriba te miré atrevido devorarme
con sedientas caricias de desierto
Después de vagar por cada oscuro rincón de la habitación
hurgaba temerosa las caídas sábanas
(errática distracción
para una chispa de luz
aprendiendo a burbujear)
Hasta que
con un beso me arrastraste incontenible
renaciéndome en tus acuosos labios de viajero
gozando el tránsito veloz de las historias que te cuento
para convertirme en la que abrazas tan sereno
Y
Así
tan vulnerable!
fue como sucedió:
Sonreí
(aunque pareciese que
me deshacía en lamentos,
pero no)
4 comentarios:
siempre es grato leer en tí las crónicas del deseo, me llevan por sinuosas curvas y cálidos parajes.
Gracias por viajar conmigo...
Lindo escrito, muy bello.
Gracias tapado! Te devolví la visita. Sólo que como obsesiva compulsiva no pude evitar leer cada uno de tus post. Sobre el último:
niñohombremutantermitañoinmortal sabes? no se fue, siempre ha estado ahí! Ábrelos!
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