De noche soy la que conoces
como la palma de tu pálida mano
cuando cae el sol tras las fronteras
agazapada en el rincón
de tus sueños perversos
mirando a escondidillas
tu sexo milenario
tu maldito ser
tu maldito encanto
Soy entonces
la noche que te envuelve
hasta ahogar tus infernales llamas
Soy la lengua húmeda y envejecida
una ortiga afilada
que lamerá hasta el cansancio
tus inútiles heridas
Soy un párpado tuyo
que oculta en el preciso momento
la prófuga lagrima
Quien te la devuelve
hecha trizas
Ese cuerpo que se derramó
en tus labios
era mío
Míos eran los labios de cereza encendida
que apagaste
Míos los senos henchidos y claros
míos los ojos atentos y temerosos
Mías las manos crispadas
que arrancaron tus cabellos asesinos
La piel fría,
la sangre entre tus manos
la carne echa pedazos
eran yo
mintiéndote
ser tu bocado
No hay para ti saciedad
no hay paz
Sólo yo
tu duelo eterno...
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