13 octubre 2006

TE VEO NACER TEMEROSO DE LA TIERRA PARDA


Alzarte lentamente

hasta convertirte

en una ceiba etérea


Venir despacio sobre las hojas,

sobre tus pies


Mirarme así,

hombre planta

como sólo tu sabes hacerlo

trasminándome

con tus verdes rayos

que me acarician toda

y nada

porque la verdadera nada

es no tenerte


La verdadera nada

es no sentir tus brazos

como cuerdas tercas

que me enlazan


No encontrar tus dedos

jugando a rehacerme

cual arcilla amada


Pero vendrás a mí

cual si fuera tu tierra

mil veces

durante mil años

prometida


Me besarás la punta de la nariz

me apuñalarás hasta el cansancio

las niñas ingenuas de mis ojos

que gritarán de gozo

ante la caricia despiadada


Me desnudarás

quitando palmo a palmo

los tramos de mi cansada piel

de serpiente mutando


Entrarás en mí

navegaré contigo

hasta ser una nueva constelación

que negará la mortalidad y la carne

al probar tu estela vegetal


Es por eso que desde esta estrella

siempre miro hacia abajo

y no importa estar sola

en este diamante gélido


No dejaré de brillar

mientras me susurres

mientras cante para ti

mientras me beses la raíz

como lo hacías

hombre planta

1 comentario:

Davicho dijo...

tantas cosas por compartir, tantas visiones nocturnas tuyas, raiz echada a la sombra, taciturno dscanzo en tu regazo, a veces eres una madre para mi, pero la mayor de las veces quiero ser tu hombre y dejar de ser solo un arbol que te cobije quiero que por osmosis tus besos lleguen de mi raíz hasta esa parte que tu y yo conocemos en donde hemos coincidido tantas veces princesa azul.