es una palabra seca
como el tamarindo
(y sin embargo tamarindo
suena a juguete en mi niñez)
es otra forma de llamarle
a esta herrumbrosa coraza de titanium
que traigo arrastrando ante cualquier eventualidad
no esta hecha para los poemas
porque no suena maravillosa en el desayuno
y mucho menos en la cena
y sin embargo, siempre llega puntual
a la circunstancia
como la muerte a los umbrales
como si los siglos
la hubiesen programado
desde antes que yo naciera
la he de promover
a mejores aventuras y gozosos usos
dejaré de estar predispuesta
al puñal que temo tras tu espalda
para estar dispuesta a tu vaporoso lecho
para estar dispuesta a tus oceánicos besos
no habrá predisposición a tu mirada
estaré en tu mirada
con mis ojos limpios de predisposiciones
de esperar el dolor
pasaré (cual puente de troncos)
a estar atenta a tus milagros
como cuando levantas tus párpados
pese a tanto sol
del frío silencioso al ruidoso calor
de la palabra que espero a la palabra que digo
de la sonrisa que no llega a la carcajada que se desborda
y pasará...
pasará que si de mis labios
la escuchas
es porque derrumbé mis impuestas catedrales
porque espero el atardecer sin barricadas
tus palabras sin pretendidos disfraces
poner en tu faz mi mano ansiosa
predispuestos
a mi oleaje
...
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