¿Cómo decirte lo que siento
al tomar entre mis manos
la tierra en que reposas?
Al sentir la humedad que eres ahora
Mirar las flores que de tu pecho nacen
La rosa que floreció
donde estaba tu corazón
de hombre maduro y curtido
Vengo a verte
y no
Sé que una parte tuya yace aquí
bajo tu lápida
y no
Te extraño
y no
Porque ya eres yo
Esa otra parte que no puede reposar aquí abajo
La simiente tuya que me hace tal cual soy
Padre mío:
soy tu terquedad de roble
tu paciencia en los semáforos
tu impaciencia frente a la televisión
el impetuoso no y el sugerente sí de cada gesto
la sonrisa desbordante y escandalosa
el cabello ensortijado y lleno de aceite motriz
Las cejas pobladas que enarcabas extraordinarias
hasta convertirlas en un guiño, ya una interrogación
En dos años no cabe todo lo que te extraño
En la distancia que hay entre tu ataúd y mis ojos
hay muy poco espacio para los recuerdos
Aquí te dejo un poco de mí
en las flores brillantes
en cada color
en cada pétalo
Toma las caricias que deposito en
la montaña en que te convertiste
Recibe estos besos en tu metálica y fría cruz
y los abrazos al viento de alguien
que no te deja partir
Por eso
sabiéndote bajo mis pies
ya no lloro
2 comentarios:
Hermoso.
Recuerdo otra vez la frase de la canción, "te vas dentro de mí".
Somos los que extienden su vida, debemos hacerlo honrando siempre su memoria.
Gracias por tu comentario.
Me voy dentro de ti, canción de espina y jugo y maravillosa disertación de que morimos para vivir, pero de otra manera...
Un abrazo cómplice mi amigo!
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